Acaba de empezar un nuevo curso. Qué nos deparará este año es todo un misterio, lo que no debería serlo son las 10 claves para ser un buen profesor.
Entra en el aula con una sonrisa. Nuestra profesión es similar a la de los actores, no debemos mostrar las preocupaciones que traemos de casa. Entrar con una sonrisa y transmite con entusiasmo los contenidos, es un punto a favor ante tus alumnos.
Valora todas las aportaciones de los alumnos: Valorar incluso las respuestas erróneas, ya que los alumnos deben perder el miedo a equivocarse, ya que el error es la mejor vía para el aprendizaje.
Habla poco, escucha mucho y guía a los alumnos: Las clases ya no deben ser pasivas, los alumnos deben ser conscientes y protagonistas de su aprendizaje. Por ese motivo debemos hacerles participar, guiando sus pasos y no agobiando con eternas explicaciones.
Se dinámico: Muévete por el aula, mantén contacto con tus alumnos, acércate e interésate por cada uno de ellos.
Fomenta el uso de la nuevas tecnologías: utilizando recursos educativos de internet, creando blogs, participando en redes sociales de intercambio de recursos entre docentes, entre otras muchas.
Se paciente: parece obvio, pero debemos ser conscientes de que no todo el mundo aprende igual de rápido como nosotros queremos, ni actúa de la manera que nos parece mejor. La paciencia es un arma muy importante para evitar problemas.
Cumple con lo prometido: los docentes, al igual que los padres, debemos mantener siempre nuestras promesas y/o amenazas, ya que si no es así, perdemos el respeto de nuestros alumnos.
Se respetuoso: No me refiero únicamente al respeto verbal, que también, sino a aspectos como la puntualidad en clase o no alarga los tiempos de corrección de exámenes o ejercicios. A ellos les exigimos cosas, y nosotros debemos dar ejemplo, ser respetuosos con ellos y ponernos unas normas también.
Fórmate continuamente: Debemos adaptarnos a los cambios educativos y sociales que van surgiendo, un buen docente es una persona inquieta y con ganas de aprender, de innovar, de crear nuevas formas de aprender.
Quiere a tus alumnos: El amor y el cariño es un gran aliado de un buen docente. Los niños saben perfectamente quien transmite cariño, afecto, comprensión, respeto, quien lo valora y quién cree en él. Siempre poniendo límites y normas, sin olvidarnos de nuestro papel, manteniendo un equilibrio.
